Myrtus communis L.
MyrtaceaeEsta especie fue indetificada por las exploradoras del CEIP San José Obrero: Rocio Flores Luque y Silvia Asián Martínez, quienes denominaron los expecímenes: la Verdecita, llamándoles la atención que era un arbusto verde, de hojas pequeñas y otras más grandes. Entre sus hojas había ramas grandes y muy marrones. Las hojas si las tocabas eran muy frágiles, aunque perennes. Su distribución era simple, su lámina era ovalada lanceada, su base era cuneada y su flor aparente.
El mirto o arrayán es una planta ampliamente usada ya desde época clásica en el ámbito mediterráneo para elaborar setos. Por autores como Plinio o el poeta Ovidio, sabemos que para los antiguos romanos la planta estaba consagrada a la diosa del amor, Venus. Así, en los ritos nupciales, era frecuente que los esposos fueran coronados con mirto durante el banquete de bodas.
Ligada pues a ambientes lúdicos y de placer, el mirto fue una de las plantas favoritas entre los romanos para el ars topiaria, la creación de esculturas y formas geométricas mediante poda de elementos vegetales. Esta tradición romana de usar el mirto como seto a veces escultórico de sus jardines fue continuada por los árabes en al-Andalus. Su presencia es frecuente; en la poesía andalusí basta decir arrayán para representar el jardín entero. El Patio de los Arrayanes de la Alhambra es un ejemplo de lugar de disfrute asociado a este arbusto.
Mirto o arrayán: ambas denominaciones, una de raíz griega y otra árabe, aluden a una de las cualidades más destacables de esta planta, su aroma. El más leve movimiento de estos setos siempre verdes, también en invierno, perfuma los espacios donde habitan y permiten al visitante del jardín experimentar sensaciones más allá de la vista.